viernes, 4 de febrero de 2011

LA POLITICA CONTRARREVOLUCIONARIA DEL VIRREY ABASCAL: PERU, 1806-1816

LA POLITICA
CONTRARREVOLUCIONARIA
DEL VIRREY ABASCAL:
PERU, 1806-1816

Brian R. Hamnett*
Universidad de Essex (Gran Bretaña)



Un sumario de este trabajo fue presentado en el Congreso Internacional "Los Procesos
de la Independencia en América Española". Morelia, Michoacán, México, 21-24 de Julio
de 1999



La literatura histórica generalmente pasa por alto el régimen virreinal de José Fernando Abascal (1743-1821) en el Perú durante el período de la Independencia hispanoamericana. Es verdad que en 1944, se publicó en Sevilla su Memoria de Gobierno, (ed. de Vicente Rodríguez Casado y José Antonio Calderón Quijano, 2 vols., (Sevilla: Escuela de Estudios Hispanoamericanos, 1944), y el libro de Fernando Díaz Venteo, Las campañas militares del virrey Abascal, (Sevilla: EEHA 1948), pero
estos volúmenes apenas llamaron la atención del mundo historiográfico. Una de las pocas excepciones de esta indiferencia general fue el estudio de Timothy E. Anna, The Fall of the Royal Government in Perú, que salió a la luz en 1978. Al juicio de Anna: "en la historia de la independencia de la América del Sur, Abascal es una figura central, porque su administración impidió la expansión de la causa de la
independencia en la mayor parte del continente". Más aún, "En medio de esa aguda crisis de dirección que en 1808 precipitó a los peruanos en una confusión terrible, Abascal se destaca por su alta rectitud, honestidad, claridad de pensamiento, y capacidad como dirigente (...)en realidad, era un sirviente real completamente profesional, que admiró la eficiencia, no estaba dispuesto a tolerar la incapacidad, y tenía aversión a la ceremonia, pero, al mismo tiempo, le gustaba manejar el poder". 1
Yo también, en una obra que se publicó en ese mismo año, hice hincapié en el papel crucial que jugaba este mismo virrey. 2 Desgraciadamente, esos esfuerzos no han tenido casi ninguna resonancia. Todavía no existe (que sepa yo) ningún estudio de la actuación de Abascal durante el período de la Independencia. 3 Por consiguiente, es importante explicar las razones de esa indiferencia. Existen varias:

(1) En primer lugar, el nacionalismo influenció la historiografía peruana desde 1968. La interpretación nacionalista pinta la rebelión de Túpac Amaro en 1780-1781 como el verdadero comienzo de la emancipación hispanoamericana, es decir, que el proceso emancipador realmente comenzó en el Perú. De esta manera, el Perú no estuvo de ninguna manera marginado del proceso. Inevitablemente Abascal aparece dentro de esta interpretación como un factor negativo.4

(2) La historiografía constitucional pone el énfasis en la introducción del sistema representativo gaditano, y pinta a Abascal como un recalcitrante, que no mostraba simpatía con el primer experimento constitucional en el mundo hispánico. Jaime Rodríguez dice, por ejemplo: "algunos oficiales reales - entre los cuales el virrey Abascal del Perú era el mas destacado, estaban resueltos a impedir lo que ellos erróneamente consideraron como la fragmentación del mundo hispánico. Por
consiguiente, los realistas crearon las condiciones que finalmente destruyeron la monarquía española, debido a que interrumpieron una reconstrucción que pudiera haber resultado en una monarquía federativa". 5 Sin embargo, la Constitución de 1812 tuvo muchas imperfecciones; cualquier autoridad encargada del manejo del Estado en los territorios americanos, y la garantía de la seguridad, se hubiera opuesto a ellas. Dentro del campo reformista, también, surgieron críticas serias de la
Constitución. Gaspar Melchor de Jovellanos, por ejemplo, criticó la forma unicameral de las Cortes que se reunieron en 1810 como un factor de inestabilidad.6

(3) La tendencia historiográfica a enfocar la experiencia de las provincias contrapuestas al centralismo de Lima, también ve a Abascal como un factor negativo. La oposición al predominio de Lima fue un sentimiento evidente en la rebelión del Cuzco de 1814-1815.7 La investigación de Alberto Flores- Galindo, Manuel Burga, y Jan Szeminski sobre la visión alternativa andina y el desarrollo del mito de inkarri durante el siglo XVIII, demuestra la oposición a Lima desde la provincia. A fin de
cuentas, la supresión de la rebelión del Cuzco en 1815 por el gobierno virreinal destruyó la perspectiva de una solución provincial y multi-étnica para los problemas políticos del Perú. De esta manera, Abascal, actuando en acuerdo con los comandantes del Ejército del Alto Perú, puso fin a un ideal que había generado una serie de insurrecciones en la zona andina desde la década de 1740. Otra vez, Abascal era el culpable.8

A pesar de que Abascal actuaba como la figura principal en el Perú durante los ocho años de la crisis del antiguo régimen y la independencia, ha sido marginado por la historiografía. En esta ponencia no presentó nuevos datos; me limitó a apelar por una reconsideración de ese personaje clave. Sin embargo, no se podría comprender su actuación, si no la pusiéramos en su contexto histórico. El largo
período desde 1770 hasta 1840 incluye las llamadas reformas borbónicas, el derrumbe de la monarquía borbónica y la crisis del antiguo régimen, las luchas por la independencia, y la formación de nuevos estados soberanos en el territorio del antiguo imperio continental español. Tres temas principales afectaron al Perú de una manera dramática durante esa época: Vamos a considerar cada uno a su turno.

(1) El primer problema fue: ¿de qué territorios debería constituirse el Perú? Guillermo Céspedes del Castillo inició el estudio de esa cuestión geopolítica en 1946, enfocando la división de los dos Perús en 1776 por el gobierno metropolitano con el propósito de establecer el nuevo virreinato del Río de La Plata. Varias décadas antes, la formación del virreinato de la Nueva Granada en 1739 y la separación de la Audiencia de Quito de la autoridad de Lima ya habían debilitado al Perú.9

(2)¿Qué fuerzas políticas deberían predominar en el Perú y cómo sería la estructura política del virreinato? Los estudios publicados por Guillermo Lohmann Villena en Perú y por varios autores en Estados Unidos como Mark A. Burkholder, por ejemplo, mostraron cómo los americanos predominaban en la Audiencia de Lima desde 1690. La política borbónica durante el reinado de Carlos III (1759-1788) intentaba terminar con eso. La política del Visitador General del Perú, José Antonio Areche, puso de nuevo en la minoría a los americanos. La elite limeña se sentía agraviada por esa política neo-centralista. El abogado y pretendiente peruano, José Baquíjano y Carrillo, por su parte, viajó a España en 1793, con el propósito de conseguir un puesto en la Audiencia de Lima. Baquíjano consideraba que el ambiente político de la corte de Carlos IV (1788-1808) sería más favorable que durante la época de Gálvez. En su temporada anterior en España en 1774-1776, Baquíjano no había conseguido nada. Esta vez el rey lo nombró alcalde del crimen en febrero de 1797, y diez años más tarde lo ascendió al puesto de oidor. Sin embargo, Baquíjano era el único oidor limeño en la audiencia en esa época.10 El
Ayuntamiento de Lima se había opuesto a la política de Gálvez y Areche, argumentando en favor de la igualdad de representación entre americanos y peninsulares en la audiencia. El establecimiento del sistema constitucional a partir de 1810 abrió de nuevo esta cuestión todavía no resuelta. 11

(3)¿ De qué recursos dependería el Perú? Desde 1740, los registros sueltos por Buenos Aires y el Cabo de Hornos empezaron a minar el monopolio comercial de los galeones destinadas a Portobelo y Callao, establecido en el reinado de Felipe II. La separación del Alto Perú, con sus recursos minerales, en 1776, y la introducción del Comercio Libre entre una serie de puertos habilitados del imperio, en 1778, disminuyeron aún más la antigua posición hegemónica del poderoso Consulado de Lima.12 La política metropolitana debilitó y humilló seriamente al Perú a lo largo de todo el siglo XVIII. Además, los cambios comerciales de esa misma época contribuyeron a los problemas económicos del virreinato. Abascal, respondiendo a las quejas de los comerciantes limeños, escribió en su Memoria de Gobierno de 1816: "las manufacturas del reino tuvieron una época mas floreciente antes de expedirse la
Real Orden de octubre de 1778, o de Libre Comercio. Después de esa fecha, empezaron a decaerse los de la lana por la mejor calidad y baratura de los paños ordinarios españoles, y últimamente los de algodón por el contrabando: de suerte que no teniendo salida, han venido a arruinarse a un tiempo las estancias y obrajes que cosechaban las primeras materias y disponían los textiles" (tomo 1, pp. 218-19). En varios estudios que salieron desde 1977, John R. Fisher ha mostrado que la recesión económica del Perú en las últimas décadas del siglo XVIII y primeros del XIX, tan comentada en la literatura, no representaba el cuadro total. Fisher argumentaba el resurgimiento de la industria minera bajoperuana entre la década de 1770 y 1812, sobre todo en Cerro de Pasco y Hualgoyoc. Por consiguiente, el gobierno virreinal del Perú truncado de la época posterior a 1776, podía contar con
nuevos recursos significativos. Durante la década de 1790, por ejemplo, la Tesorería Principal de Lima

jueves, 3 de febrero de 2011

El dinero es deuda

Un interesante documental que nos demuestra el funcionamiento del sistema monetario:


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